Pilar López de Ayala vuelve a la gran pantalla: orígenes nobles (entre sus ancestros está Colón), un papel que marcó su carrera y una hermética vida personal

Pilar López de Ayala llevaba cinco años sin participar en un proyecto cinematográfico. La última película que hizo fue Blanco en blanco, cinta chilena rodada en 2019 en la que tenía un pequeño papel. Ahora regresa con El Molino, película dirigida por Alfonso Cortés Cavanillas con Asier Etxeandía, Imanol Arias y Abril Zamora y que se ha presentado en el Festival de Málaga. La propia Pilar López de Ayala ha asegurado estos días que su ‘desaparición’ no ha sido voluntaria sino que el teléfono dejó de sonar por un tiempo y los proyectos que le llegaron no eran de su agrado.

"Es duro esperar cinco años a que suene el teléfono. Cuando no te llaman durante tiempo sufres crisis de identidad, no sabes si eres actriz o qué eres", ha contado en El Correo la ganadora de un Premio Goya por su papel en Juana la Loca, interpretación que le valió también alzarse con la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián en el año 2001. A Pilar López de Ayala la conocimos a finales de los años 90 cuando dio vida a Carlota Chacón, uno de los principales protagonistas de la mítica serie juvenil Al salir de clase.

La actriz nació en Madrid aunque sus orígenes la llevan también a Extremadura. Su madre es Pilar Arroyo y su padre, Rodrigo López de Ayala y Sánchez-Arjona es descendiente de la nobleza rural extremeña con baronía de la Casa de Sotomayor, primo en tercero y cuarto grado de Jaime de Salazar y Acha, pariente de Rodrigo Sánchez-Arjona y Sánchez-Arjona, tataranieto de una hija del marqués de Fuente Santa, tataranieto de una hermana y del marqués de Ríocabado (descendiente de Cristóbal Colón), entre otros parentescos con la nobleza. ​

El rostro de Pilar se convirtió en habitual en la televisión del inicio del nuevo milenio gracias a sus papeles en series como Menudo es mi padre, Yo, una mujer u Hospital Central. La actriz formaba parte de una nueva generación de intérpretes que querían comerse el mundo. Su papel en Báilame el agua, de Josecho San Mateo, le dio visibilidad en la gran pantalla y recibió su primer galardón, el premio Sant Jordi en el año 2000. Ese año llegaría también Besos para todos, de Jaime Chávarri, junto a Eloy Azorín y Emma Suárez y su papel le valió la primera nominación a los Premios Goya como actriz revelación.

Pero sin duda, el gran personaje aparecería en 2001 cuando dio vida a Juana la Loca en la película del mismo título de Vicente Aranda. Pilar López de Ayala afianzaba su carrera al interpretar a la reina de Castilla y esposa de Felipe El Hermoso. Con 23 años, consiguió su primer Goya y la Concha de Plata. Pero igual que ha sucedido ahora, después del gran éxito, la intérprete estuvo tres años sin trabajar hasta que llegó su siguiente película en 2004, la cinta El puente de San Luis Rey, su primer trabajo en inglés.

Luego vendrían Obaba, junto a Juan Diego Botto y de nuevo a las órdenes de Armendáriz; Alatriste, Bienvenido a casa o Las 13 rosas, pero en 2011 su rostro se esfumó de nuevo. Decidió probar suerte más allá del charco e hizo algún pequeño papel en Brasil y Argentina para luego instalarse en Los Ángeles, donde decidió estudiar Historia del Arte en la universidad y se alojó en la casa de un amigo.

“Dicen que soy selectiva y es verdad. Pero para serlo hay que tener ofertas y no las he tenido”, comentaba la actriz hace una década. En 2016 volvía a España para participar en Rumbo, junto a Carmen Machi y Ernesto Alterio, y un año después en Agadah, producción italiana. En 2019 participaba en Blanco en blanco en Chile, su último trabajo hasta hoy cuando además de El Molino tiene pendiente el estreno de En la alcoba del sultán.

Pese a haber sido uno de los rostros más queridos de la pequeña pantalla y quizá una de las mejores intérpretes de su generación, a sus 44 años poco o nada se sabe de su vida privada, que siempre ha querido mantener al margen del ojo público. Se desconoce si tiene pareja y nunca la hemos visto con nadie, no tiene redes sociales y ha explicado que en estos años sin trabajar ha aprovechado para leer mucho e ir mucho al cine. Eso sí, ella nunca pensó en abandonar y fue su amiga Aitana Sánchez-Gijón la que hace un tiempo le aconsejó que nunca debía tirar la toalla.