Magnolia, en la llajta desde los dinosaurios
Sus primeros registros en Cochabamba datan de hace 65 millones de años, y en el mundo desde hace hace cien millones
La fraganciosa flor de la magnolia que en la época de nuestros abuelos adornaba los centros de mesa de la mayoría de los hogares y su árbol crecía comúnmente en los jardines de los patios, acompañó la existencia de los dinosaurios, hace cien millones de años, fue de testigo de su extinción hace 65 millones y sobrevivió a los más infames cambios climáticos para que la sigamos disfrutando hasta hoy.
El registro de la magnolia en Cochabamba data del período del paleógeno, hace 65 millones de años. El polen de esta flor fue encontrado por primera vez por un grupo de científicos franceses que, haciendo palinología, la hallaron cerca de las cabañas de La Torre (cerca de Parotani) y en la localidad de Vila Vila (camino a Toro Toro).
Según el director del Museo de Historia Natural, Ricardo Céspedes, el polen se encontró en sedimentos de origen lacustre, que es donde mejor se conserva, y ésa fue una de las más importantes evidencias de que la magnolia pervivió en el tiempo con su lento crecimiento y sus propias características.
“Las lagunas reciben constantemente por acción del viento mucho polvo, entre el cual está el polen. Eso se va acumulando y cuando el polen y el polvo se humedecen y bajan hasta la base de la laguna forman capitas que si son muy oscuras, tiene una serie de compuestos favorables para su preservación. Ahí es donde se puede sacar una muestra y hacer un análisis palinológico”, explicó.
Eso sucedió hace 20 años y se ratificó cuando hace 10 años, en campañas de investigación que llevó adelante el Museo de Historia Natural de Cochabamba junto al museo de Historia Natural de París, se hallaron plantas conservadas de magnolia en varias localidades de Tiyupampa, conservadas en estratos muy finos de limos arcillosos de lagunas.
Céspedes explicó que los vestigios de la magnolia se presentaron en otros lugares de Latinoamérica, como áreas tropicales de Brasil, a través de fósiles de polen, lo cual demuestra, con certeza, que esta planta fue común juntamente con las coníferas en la época de los dinosaurios.
Su fortaleza le permite seguir
Pese a que la magnolia ya no es tan apreciada en la jardinería o la ornamentación, debido a que toma unos 10 años en llegar a mostrar su flor, su extinción podría darse dentro de las ciudades y en los jardines de las casas particulares.
Pero su gruesa hoja, casi acartonada, muestra su resistencia a los cambios climáticos, lo cual le ha permitido sobrevivir a los dinosaurios y a la misma raza humana y le permitirá seguir haciéndolo.El director del Museo de Historia Natural de Cochabamba afirma que en los círculos científicos no se ha evaluado el riesgo de extinción de este arbusto, nativo y originario de América.
Pero es importante, destaca el científico, darle su importancia en el sentido de que se constituye en un símbolo como uno de los árboles prehistóricos de Bolivia que debería conservarse como tal.
“¿Por qué si en la plaza principal se hace un acto de homenaje a una araucaria, que es originaria del sur de la Patagonia, no se le da la misma importancia a árboles como la magnolia o el molle?”, cuestionó.