Carácter y comportamiento del Mastín del Pirineo
Mastín del Pirineo
El día que Dina llegó a casa, con dos meses de edad, mi hija, que entonces tenía 4 años, se abrazó a ella como a un gran peluche; eran casi del mismo tamaño.
Desde entonces, todos los días mi hija repite este abrazo. Dina ahora, con sus más de 70 Kg de peso, es mucho más grande que ella, y mi hija se acurruca entre sus patas, apoyando la cabeza en su vientre y suspira diciendo: !que suave, que a gusto se está aquí! Dina, inmóvil, disfruta de su abrazo y, aunque un ruido repentino llame su atención e incorpore la cabeza en señal de alarma, nunca sale a la carrera cuando mi hija está tumbada sobre ella.
El Mastín del Pirineo tiene una especial debilidad por los niños pero, por su gran tamaño, es conveniente vigilarlo cuando está con ellos, pues podría empujarlos o pisarlos sin darse cuenta. El Mastín del Pirineo es un perro tranquilo y apacible, que disfruta de la vida en familia.
Antiguamente acompañaba a los rebaños de ovejas trashumantes en largas caminatas, protegiéndolos del ataque de lobos e incluso osos. Tiene un gran instinto guardián y es ideal para vivir al aire libre en fincas o jardines de cualquier climatología, ya que no le teme ni al frío ni a la lluvia.
La gran talla, peso y seguridad en si mismo del Mastín del Pirineo, le hace ser benévolo con otros perros, y nunca manifiesta agresividad de forma gratuita; ahora bien, a la hora de defender su hogar y a los suyos, se muestra valiente y fiero ante los extraños.
Es precisamente el carácter del Mastín del Pirineo lo que ha conquistado los corazones de tantas personas en todo el mundo, unido a su majestuosa presencia y a su belleza. Quien conviva con un Mastín del Pirineo es difícil que vuelva su mirada hacia otra raza.
Pese a su robusta complexión, el Mastín del Pirineo es un perro ágil, de movimiento potente y amplio, seleccionado para recorrer grandes distancias al trote; no es torpe ni linfático.
Se le debe ofrecer una vida en familia, en la que se sienta parte de la "manada humana". Debemos enseñarle desde cachorro a obedecer y respetar a todos los miembros de la casa. Esto resultará mucho más fácil si elegimos un buen criador responsable, que haya sabido ofrecer a toda la camada un óptimo imprinting y una perfecta socialización.
Esto no será difícil si nos informamos en el Club del Mastín del Pirineo de España (CMPE, ver webs amigas), ya que todos los criadores asociados a él son personas amantes de la raza, serias y responsables, que siguen los criterios determinados por el Club para establecer las bases de su crianza. Su principal interés es mantener viva la raza, velar por su preservación e informar a los interesados.
El CMPE se fundó en 1977 y se creó con el ánimo de coordinar los esfuerzos para la recuperación del Mastín del Pirineo, raza aragonesa. Hoy en día continúa su labor mediante la selección de los mejores ejemplares. Siempre han prestado especial atención, en esta selección, a la preservación de su carácter.
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