Mario Arvelo en la Junta Ejecutiva del FIDA

Mario Arvelo junto al director general de Cooperación Multilateral de República Dominicana embajador Antonio Vargas y el presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) Gilbert Houngbo, en el despacho de éste en la sede del Fondo; Arvelo, Vargas y Houngbo se reunieron en los márgenes de una sesión de trabajo de la Junta Ejecutiva de la institución, donde República Dominicana ocupa un asiento en representación de los países latinoamericanos y caribeños.

En 2015 —por primera vez en la historia— República Dominicana fue elegida para ocupar un asiento en la Junta Ejecutiva del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), órgano rector de la institución financiera global especializada para luchar contra el hambre y la malnutrición en el ámbito rural.

La pertenencia a la Junta Ejecutiva del FIDA es uno de los logros de Mario Arvelo al frente de la Misión Permanente de su país, habiendo también obtenido la elección al Consejo Ejecutivo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y a la Junta Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA). En febrero de 2021 República Dominicana resultó de nuevo electa para integrar el órgano en el bienio 2022-23.


Mario Arvelo, quien se ubica en el recuadro superior izquierdo de la imagen —en centro de la pantalla aparece el secretario de la Junta Ejecutiva del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) Luis Jiménez McInnis—, realiza una intervención durante el 129º período de sesiones del órgano, en abril de 2020; la reunión fue celebrada de modo virtual debido a las medidas de confinamiento en respuesta a la pandemia de covid-19.

En su discurso, Arvelo subrayó que esta crisis muestra a todos los países la importancia del multilateralismo, porque los problemas comunes de la humanidad sólo pueden ser enfrentados y resueltos por la comunidad internacional. Las estructuras del sistema de Naciones Unidas, como toda obra humana, no son perfectas. Pero no podemos prescindir de ninguna de ellas en medio de una crisis que no respeta fronteras. Cuando superemos la pandemia tendremos la oportunidad de evaluar qué hicimos bien y cuáles son las oportunidades para mejorar el sistema. Mientras tanto, todos los Estados miembros debemos sumarnos a la acción global coordinada de la que nos hablan el presidente del FIDA, el secretario general de la ONU y los líderes de la Organización para la Alimentación y la Agricultura, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y demás agencias especializadas. Damos la bienvenida a la iniciativa del FIDA de destinar 40 millones de dólares como fondo inicial para la recuperación rural, pero tenemos el temor de que la movilización prevista de 200 a 300 millones de dólares resultará insuficiente para que la institución esté en condiciones de apoyar a los gobiernos en el rescate del desastre que está amenazando a los pobres rurales. El presidente del FIDA nos dice que “tiempos inusuales exigen acciones decisivas”; en efecto, las zonas rurales de los países más desarrollados del mundo están recibiendo apoyo financiero, incluyendo transferencias monetarias directas, en volúmenes nunca vistos en la historia. Los países en desarrollo de todos los continentes, incluidos de ingresos medios y medio altos, necesitamos del FIDA hoy más que nunca. La solución de problemas extraordinarios exige soluciones extraordinarias, y mi país apoyará al FIDA sin ningún tipo de reservas, de modo que pueda tener la máxima flexibilidad en su gestión de este momento crítico. Concluiré reafirmando la posición de mi país para con el FIDA y todo el sistema internacional: es imperativo fortalecer los pilares de paz, desarrollo, medio ambiente, salud y asistencia humanitaria de nuestras Naciones Unidas.


Mario Arvelo toma la palabra durante el 127º período de sesiones de la Junta Ejecutiva del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), en septiembre de 2019. En sus intervenciones ante el órgano rector —del cual República Dominicana forma parte en representación de los países de América Latina y el Caribe— Arvelo ha estado a la vanguardia de quienes defienden la universalidad del Fondo y la relevancia de su apoyo a todos los Estados miembros, afirmando que el reporte SOFI 2019 sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo, del que el FIDA es coautor, muestra que el número de personas sufriendo de hambre y malnutrición crónica ha subido por tercer año consecutivo, poniendo en riesgo el cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenible #2 de hambre cero, sobre todo en las zonas rurales de los países en desarrollo, en el llamado Sur Global. En este contexto, los Estados miembros deseamos que el FIDA redoble su apoyo a todos los países en las áreas de su mandato; este reclamo exige que el flujo de recursos financieros hacia el Fondo se expanda, no que se estanque o retroceda. Esta necesidad de un FIDA de renovada solidez en recursos humanos y financieros es incompatible con un presupuesto de crecimiento real cero, por no hablar de un escenario de crecimiento nominal cero, el cual representaría una regresión inaceptable: un repliegue que pondría en peligro la capacidad de la institución para cumplir su mandato. Sería un grave error de esta Junta Ejecutiva sacrificar la ambición de mayor implementación de proyectos que tiene el FIDA en su afán de dar respuesta a la creciente demanda de sus Estados miembros, que ven en el Fondo una entidad de conocimientos y acción concreta que prestigia el sistema internacional y que constituye un ente generador de prosperidad en el medio rural de países en todos los continentes. Una espiral de paulatina erosión de los recursos financieros disponibles para apoyar proyectos para el desarrollo rural sostenible y sustentable constituiría un reto a la existencia misma del FIDA.


Mario Arvelo realiza una intervención en la Junta Ejecutiva del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), donde afirmó que además de resaltar los éxitos que hemos alcanzado, todavía quedan desafíos por enfrentar, en especial al entrar en la recta final hacia la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible enumerados en la Agenda 2030, en un momento en que los retos del hambre se concentran no solo en los países de ingresos medios y bajos, sino que también amenazan a países de ingresos medios y medio-altos. Para la implementación del programa de trabajo del Fondo se deberán hacer más y mejores esfuerzos destinados a mejorar la calidad de la cartera de proyectos, incluyendo la transformación rural, una mayor incorporación en los programas país de las perspectivas de clima, género, nutrición y juventud, así como la ejecución de un modelo operacional eficaz que garantice un uso óptimo de recursos.


Mario Arvelo examina un documento de trabajo durante el 125º período de sesiones de la Junta Ejecutiva del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), órgano al cual República Dominicana pertenece en representación de los países de América Latina y el Caribe.

Otros enlaces sobre la labor que Mario Arvelo desarrolla en el FIDA:

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