La Palomilla

Las Fumarias

Fumaria capreolata

Fumaria capreolata

 

La palomilla, palomina, mellorina, pajarilla, plampina, o pamplina, son los nombres con los que se conocen en Fuerteventura a distintas variedades de plantas de la familia de las Fumariaceae. En la isla podemos encontrar entre otras las siguientes variedades: la Fumaria bastardii Boreau, Fumaria capreolata L, la Fumaria officinalis, Fumaria coccinea Lowe ex Pugsley, Fumaria montana Schmidt, Fumaria agraria.

Estas plantas  fueron introducidas desde América y la península Ibérica en las islas Canarias. Las fumarias son, en su mayor medida, plantas forrajeras muy usadas en la ganadería caprina, aunque algunas variedades son desechadas por el ganado, como la fumaria parviflora.

Las fumarias son plantas herbáceas que pueden llegar a los 150 cm, son anuales y con tallos rastreros o erectos que, por lo general, son de sección pentagonal con las caras y aristas bien señaladas. Suelen crecer en grupos compactos de varios individuos.

Posee hojas pinnadas que pueden parecer a las del perejil. Estas hojas, a su vez, se dividen hasta en tres secciones en las cuales crecen lóbulos mas pequeños de color verde intenso. Sus flores pueden ser blancas, rosadas o rojas. Son pequeñas y dispuestas en inflorescencias racimosas, conteniendo un número de flores que va desde unas pocas hasta más de veinte y que están distribuidas a manera de espigas. Las flores son zigomorfas, terminales, con cuatro pétalos, uno de ellos con un conducto tubuloso denominado espolón y dos sépalos. Su fruto es una semilla silicua de unos 3 mm de longitud.

Entre los usos más cotidianos de las fumarias, debido a sus altos contenidos en alcaloides cianogenéticos, son:
La utilización como estimulante del apetito, por su sabor amargo, que estimula las sustancias digestivas.

Para el hígado: Se le atribuyen acciones colagogas, las cuales incrementan la producción de secreciones biliares, que a su vez facilitan a los jugos digestivos la disolución de los ácidos grasos. Para otros trastornos hepáticos se toma el jugo, que sirve para controlar la ictericia y la hepatitis.

A pesar de ser considerada una planta segura, algunos estudios indican que el consumo excesivo de las raíces genera mayores cantidades de ácidos, que pueden acrecentar los dolores provocados por úlceras estomacales, cuestión que no ha sido del todo demostrada.

No es recomendable que este tipo de plantas la consuman personas con problemas de cálculos biliares.

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