Sitio Natural Pico Cristal

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Pico Cristal

Nombre del Sitio Natural: Parque Nacional Pico Cristal

Provincia: Holguín

Municipio: Mayarí

Localización Geográfica por coordenadas planas:

Coordenadas x-641398                  y-210298

Hoja de mapa 1: 50 000  (Frank País # 5177- IV)

Superficie a proteger: 18537.00 ha

Delimitación del monumento

     El Parque Nacional «Pico Cristal” se ubica en los 20ª 32’ latitud Norte y 75ª 26’ longitud W, en la Región físico geográfica montañosa de Nipe – Cristal; del macizo montañoso Nipe – Sagua -Baracoa. Tiene una extensión territorial de 18537.00 ha, según Acuerdo 4262 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministro (2001). Por el norte limita con Cabonico por la vertiente norte del Pico Cristal marcado por la cota 400 m.s.n.m; por el sur limita con el II Frente, marcado por el camino de acceso a Batista, seguido por un arroyo que desemboca en el río Miguel, al este por parte del cauce superior del río Miguel y al oeste por parte del cauce superior del río Levisa

  • La carretera que comunica a los municipios Mayarí y Frank País, entrando por el Quemado hasta llegar a Baconal.
  • La misma carretera entrando por el Purio hasta llegar a la Zoilita.
  • El camino que sale desde Levisa hacia la mina y que comunica con Vega Fresca.
  • El camino que comunica a Mayarí Abajo con el Municipio II Frente, pasando por Arroyo Seco y luego continuando el camino hacia Batista, hasta llegar al campamento la China por donde pasa el límite del Parque.
  • Desde la carretera Sagua a Calabaza de Sagua, pasando por Granadillo hasta El Jobal.
  • Camino de Sagua, que sale a Mayarí Arriba, llegando también hasta el campamento de la China.
  • Desde la carretera de Calabaza de Sagua, a los Guiros y de ahí a la China.

Características del paisaje

  1. características geológicas

 

Se caracteriza por la presencia de bloques emergidos (Hórsticos) y hundidos (Grabens), entre un sistema de fallas antiguas orientadas al NO-SE y NE-SO en la mayoría de los casos. El bloque Cristal está entre los mayores de tipo hórsticos. Se formó en el período de desarrollo platafórmico de la isla, durante la fase larámica de desarrollo, contemporáneamente con la formación de los napes de ultramafitas de que está compuesta la Sierra de  Cristal. La zona no tiene carácter de  anticlinorio, sino que forma parte del sistema cubano como estructura plegado-fracturada (ACC, 1983). Principalmente en el parque tenemos rocas ultrabásicas serpentinizadas (Fig 1), en el borde sur, afloran además, esquistos talco serpentiníticos, seríciticos y moscovíticos, de color verde grisáceo, de la formación La Corea (Fig. 2). Contiene además cuerpos de cuarzo por secreción lateral, diques pegmatíticos e intercalaciones de esquistos grafíticos. La edad absoluta atribuida a estas rocas es de 119 ± 12 millones de años (ACC, 1983).

En el sector de Batista-La Corea, resalta la presencia de diferentes afloramientos rocosos que se destacan por la diversidad de minerales presentes, pues su brillo y colorido atraen la atención de los neófitos (Fig. 3a y b). Entre estos tenemos: cuarzo cristal de roca del que se encontró una gema excelente (Fig. 4), crisotilo asbesto, que se destaca por su aspecto de pluma cuando ha sido meteorizada la roca que lo contenía; debe alertarse a los visitantes, que este mineral no debe coleccionarse, no sólo, por su valor in situ sino porque es dañino al organismo; aunque su manipulación y exposición por breve tiempo, no tiene consecuencias perjudiciales (Fig. 5a, b y c), moscovita, sericita, clorita y otros más. Estos afloramientos se encuentran en el camino que limita al área por el sur, por ello, puede ser utilizado en actividades de ecoturismo.

  1. características hídricas

El parque comprende, un sector, de la parte alta de las cuencas de los ríos Levisa y Sagua, y toda la cuenca alta de los ríos Cabonico y Arroyo Grande. Para el total de los ríos que nacen en el parque, esta es la única área, de su cuenca alta, que tiene condiciones apropiadas para la conservación.

La densidad de la red fluvial es de 2.5 km/km2, el escurrimiento fluvial  se calcula de 300 mm anuales con predominio de la componente subterránea en los núcleos más elevados, el módulo del escurrimiento sólido es de 50-100 t/ km2 .año, con valores máximos de hasta 200 en los núcleos montañosos.

Características del clima

El clima es de tipo tropical con dos períodos lluviosos, las precipitaciones anuales alcanzan la cifra de  1 624.1 mm anuales; la humedad relativa promedio anual es de 91 %, a las 7.00 am y de 67 % a la 1.00 pm. La temperatura media anual es de 21.6 0, con máxima media mensual de 23.8 en el mes de julio y mínima media mensual de 19.0 en el mes de febrero (Fig. 6). La dirección predominante del viento es del NE con velocidad media anual de 11.4. (Fig. 7).

  1. suelos

Predominan los suelos de tipo Ferrítico púrpura, encontrándose también Fersialíticos rojo pardusco ferromagnesial y Pardo sin carbonatos, en las áreas de menor pendiente y suelos Esqueléticos naturales en las pendientes mayores. La erosión potencial de estos suelos es de fuerte hasta muy fuerte, de acuerdo a la pendiente, con pérdidas de hasta el 50 % del solum. La erosión actual varía de media a fuerte de acuerdo a la pendiente y las actividades antrópicas de cultivo, tala e incendios forestales. Los principales factores limitantes de estos suelos para la actividad agropecuaria, además de la erosión, son el concrecionamiento, la acidez natural y la profundidad. Se pueden evaluar como mayormente poco productivos. En algunas áreas muy limitadas, existen suelos medianamente productivos que en condiciones de un buen control de la erosión y la aplicación de medidas de mejoramiento de suelos (encalado y fertilizantes orgánicos), pueden alcanzarse rendimientos agrícolas aceptables en viandas, algunos granos y pastos para el autoconsumo de los trabajadores del parque.

  1. vegetación

La flora endémica del área está representada por más de 300 endémicos nacionales, de los cuales aproximadamente 50 son estrictos de este distrito. De los endémicos de la Sierra del Cristal hay que mencionar: Senecio ekmanii, Eosanthes cubensis (Género endémico monotípico), Antirrhea ophiticola (Charrascos), Rondeletia cristalensis, Eugenia cristalensis, E. brunescens, Freziera conocarpa, Ilex cristalensis, Buxus imbricata, Mettenia cordiforme, Leucocroton obovatus, Moacroton cristalensis, Phyllanthus cristalensis (Samek, 1973).

La composición florística de este distrito, es pobre y monótona cuando se compara con la flora de las cercanas montañas de Moa y Nipe. Este fenómeno es indicado por las grietas en la distribución de numerosas especies mencionadas en dichos distritos (Borhidi, 1991).

Esta diferencia está acondicionada, entre otras causas, por lo poco explorada que desde el punto de vista botánico están la mayoría de las áreas de este distrito (Borhidi y Muñiz, 1986 -cit. Borhidi, 1991) y cita otras especies endémicas tales como: Lagenocarpus cubensis, Buxus olivacea, Erythina leptopoda, Croton pachyrachis, Ilex cristalensis, Ilex eoa, Ilex pausinervis, Ilex subavenia, Chaetocarpus cordifolius, Pachyanthus monocephalus, Jacquinia sessiliflora, Sappho rigidifolia, Acrosynanthus ovatus, Gesneria pachyclada, Dendropanax nervosus, Ossaea cristalensis.

En la localidad El Palenque, se han registrado 219 especies de 77 familias botánicas (Capotes y Cejas, 1998).

 Sobre la base de la consulta bibliográfica, colectas en las zonas del Oro, Batista, La Corea, cabezadas y riveras del Rió Levisa, ladera suroeste y cumbre de Pico Cristal, Loma La Yegua y sus alrededores, firme de la cabezada de Arroyón, Arroyo Cristal, La Zoilita, Jobal y Cabo Cuadra y los charrascos de La Güira, se elabora una lista florística donde se expresa endemismo, utilidad y distribución por formaciones vegetales de las especies.

Se inventariaron 525 especies, de 263 géneros y 101 familias botánicas, distribuidas de la siguiente forma, 44 especies de pteridófitos, pertenecientes a 15 géneros y 12 familias; 3 Pinofitas (Coníferas) de 2 géneros y 2 familias, mientras que el número de especies de las plantas con flores (MAGNOLIOPHYTA), fue de 477, incluidas en 245 géneros y 86 familias (Tabla I).

Las familias más destacadas, por su representatividad son: Rubiaceae con 55 especies y 17 géneros, Euphorbiacea (41 especies y 15 géneros), Asterraceae (26 especies y 7 géneros), Melastomataceae (21 especies y 6 géneros), Orchidaceae (17 especies y 12 géneros), Myrtaceae (17 especies y 6 géneros) y Buxaceae (11 especies y 1 género); también se destaca por su representatividad la familia Hymenophyllaceae de los pteridófitos con 18 especies (Anexo 2).

Se registran 325 endémicos, que representan el 62.02 % del total de especies inventariadas, de los cuales 47 son estrictos o locales de la Sierra del Cristal, 217 del sector Nipe-Baracoa, 20 de toda Cuba, 19 para Cuba Oriental, 14 exclusivos de los distritos Cristalense y Nipense y el resto disyuntos de COr-COc (4) y CC-COr (3) respectivamente (Tabla II).

Vegetación

Borhidi (1991), registra para el distrito las siguientes formaciones vegetales: un mosaico de bosque montanos hasta los 600 m de altitud; Bosques de pino con Pinus cubensis entre 600 y      1 100 m; matorrales xeromorfos subespinosos sobre serpentinas (charrascos) entre 1 100 y 1 230 m y en el sureste de Pico Cristal existe una peculiar vegetación integrada por matorrales montanos.

Utilizando el método fisionómico de estudio de la vegetación, los autores determinan y describen las siguientes formaciones vegetales:

Vegetación Natural

      Bosques

           Bosque pluvial esclerófilo (xeromorfo) montano sobre serpentina.

           Bosque de Pinus cubensis en serpentina.

           Bosque de galería (bosque ripario)

      Matorrales

           Matorral xeromorfo subespinoso sobre serpentinas (charrascal).

           Matorral xeromorfo pluvial montano sobre serpentina (charrasco de altura).

Vegetación Secundaria

      Bosques

           Bosques seminaturales.

           Bosque sinantrópico.

      Matorrales

            Matorral seminatural subespinosos sobre serpentina.

            Matorrales sinantrópicos s.s

     Sabanas

          Sabanas antrópicas.

Vegetación Natural

     Bosque pluvial esclerófilo (xeromorfo) montano sobre serpentina

Esta pluvisilvas (Fig.10) se desarrollan sobresuelos Ferríticos púrpura (lateritas), derivados de serpentinitas, fundamentalmente en las laderas norte y noreste del sistema montañoso, así como en las cabezadas de los numerosos ríos y arroyuelos que surcan el área (Mapa de vegetación).

Poseen dos estratos arbóreos, constituidos generalmente por árboles esclerófilos, de hojas micrófilas o notófilas. El estrato superior, de 15-20 m, es abierto y está integrado por las especies Calophyllum utile, Slonea curatellifolia, Guatteria cubensis, Tabebuia dubia, Terminalia orientensis, Hyeronima ovata, Pera ekmanii, Guibourtia hymenifolia (Caguairán), Bonnetia cubensis, Podocarpus ekmanii, Xylopia ekmanii, Zanthoxylum sp. y Byrsonima orientensis, entre otras.

El estrato inferior, es más denso en las zonas menos perturbadas y las especies que lo caracterizan son: Coccoloba spp. Podocarpus aristulatus, Magnolia cristalensis ,Byrsonima biflora, Chionanthus domingensis, Tapura orientensis, Talauma oblongifolia, Spathelia sp., Ditta myricoides, Hyeronima nipensis, Pera ekmanii, Ocotea cristalensis, Ocotea spathulata, Dendropanax nervosus y Leucocroton supeltatus var. subpeltatus, entre otras.

El estrato arbustivo, está bien representado florísticamente, en las zonas más conservadas, las especies más características son: Rauvolfia salicifolia, Byrsonima biflora, Calycoconium rubens, Myrcia gundlachii, Ossaea sp., Calycogonium cristalense, Laplacea moaensis, Byrsonima coriacea, Solandra sp., Calycolpus sp. y Bactris plumeriana.

Entre los Pteridófitos domina Cyathea parvula. Los epífitos están pobremente representados, entre los que se destacan: Catopsis floribunda, Trichomanes spp., Dilomilis elata, Dilomilis oligophyla, Tillandsia spp., Guzmania sp., Pleurothallis bovilabia, Jacquiniella globosa, Neourbania adendrobium, Campylocentrum fasciola, Epidendrum secundum subsp. briegeri, Leucobryum sp., Vriesea sp y numerosas hepáticas foliosas.

El estrato herbáceo está poco desarrollado en las zonas bien conservadas y se presentan: Odontosoria sp, Thelypteris londioides y en las zonas abiertas, Athrostylidium sp. (Fig. 11)

      Bosque de Pinus cubensis en serpentina (Fig.  12)

Bosque, con un estrato arbóreo, integrado por árboles aciculifolios de la especie Pinus cubensis;  estrato arbustivo con una riqueza florística y alto endemismo, el estrato herbáceo, además se presentan pocas lianas y epífitos.

Además de Pinus cubensis, entre las especies en estos pinares, se encuentran en el resto de los estratos, las siguientes especies: el estrato arbustivo lo caracterizan, Casearia spp., Coccoloba shaferi, Jacaranda arborea, Spirotecoma apiculata, Tabebuia dubia, Tabebuia elegans, Tabebuia pachyphylla, Tabebuia simplicifolia, Coccothrinax yuraguana var. orientalis, Lyonia glandulosa var.glandulosa, Lyonia glandulosa var. revolutifolia, Lyonia longipes, Lyonia macrophylla, Lyonia nipensis subsp. depresinerva, Lyonia nipensis subsp. nipensis, Vaccinium cubense var. cubense, Vaccinium cubense var. giganteum, Ossaea sp., Ourotea striata, Gesneria spp. Neobracea valenzuelana y Suberanthus canellifolius, entre otros.

El estrato herbáceo, está bien desarrollado por la poca sombra que se encuentra en estos pinares, entre los que se destacan: Anemia coriaceae, Baccharis scoparioides, Koanophyllon spp., Senecio spp., Vernonia spp., Odontosoria aculeata, Pteridium aquilinum.

          Bosques de galería (bosque ripario)

La distribución de estos bosques está condicionada a las orillas de los ríos y arroyos que atraviesan el área. Presentan un estrato arbóreo, de 15-20 m; un estrato arbustivo; herbáceas; lianas y epífitas.

La composición florística, de los bosques de galería, está integrada por las especies más heliófilas de la vegetación original circundante. En los ríos y arroyos de las zonas de pluvisilvas eclerófilas y charrascos, la flora presenta un alto endemismo.

       Matorral xeromorfo subespinoso sobre serpentinas (charrascos).

Matorral desarrollado sobre suelos esqueléticos, originados a partir de roca ultrabásica, caracterizado por una gran riqueza florística y alto endemismo (Fig. 13a y b y Mapa de vegetación).

Los charrascos presentan un estrato arbustivo denso de 4-6 m, con emergentes de 7-10 m. Entre las especies que caracterizan este estrato, se encuentra un numeroso grupo de endémicos del sector Nipe- Baracoa, entre los que se destacan los endémicos locales del distrito Cristalense.

El estrato arbustivos, de estos charrascales, lo integran fundamentalmente: Cnemidaria horrida, Comocladia platyphylla, Metopium venosum, Annona cristalensis, Xylopia cristalensis, Neobracea valenzuelana, Plumeria ekmanii, Rauvolfia linearifolia, Rauvolfia salicifolia, Bactris plumeriana, Coccothrinax miraguma, Cpernicia curbeloi, Marsdenia linearis, Marsdenia micrantha, Matelea bayatensis, Matelea continu, Tabebuia dubia, Rochefortia septentrionalis, Rochefortia septentrionalis var. cristalensis, Protium fragrans, Buxus spp., Cassia gundlachii, Clusia minor, Rheedia polyneura, Rheeedia revoluta, Rheedia orientensis, Cyrilla racemiflora, Purdiea spp., Lyonia spp., Erythroxylum spp., Ditta myricoides, Euphorbia helenae ssp. helenae (Fig.14), Euphorbia podocarpifolia (flor que identifica a la provincia de Holguín), Leucocroton cordifolius, Leucocroton ovovatus, Leucocroton supeltatus var. subpeltatus, Moacroton crietalensis, Moacroton lanceolatus, Pera pallidifolia, Pera polylepis, Phyllanthus spp., Savia cuneifolia, Banara miutiflora, Casearia crassinervis, Casearia ophiticola, Samyda macrantha, Xylosma infesta, Byrsonima sp., Miconia spp., Ossaea hypoglauca, Pachyanthus monocephalus, Abarema aspleniifolia, Abarema obovalis, Acacia bucheri, Calliandra pauciflora, Mimosa ekmanii, Eugenia brunescens, Wallenia jacquinioides, Ouratea ilicifolia, Haenianthus variifolius, Lynociera axilliflora, Lynociera cubensis, Coccoloba costata, Cocoloba nervosa var. cristalensis, Coccoloba sp., Colubrina glandulosa ssp. nipensis, Rhamnidium nipensis, Acrosynanthus spp., Antirhea abbreviata, Antirhea shaferi, Antirhea scrobiculata, Casasia jacquinioides, Casasia nigrescens, Exostema spp., Guettarda spp., Phialanthus spp., Portlandia brachycarpa, Psychotria spp., Rondeletia spp., Schmidtottia spp., Scolasnthus wrightianus, Suberanthus canellifolius, Amyris lineata, Spathelia sp., Zanthoxylum pseudodumosum, Manilkara mayarensis, Alvaradoa arborescens, Daphnopsis angustifolia var. angustifolia, Daphnopsis cuneata, Lagetta valenzuelana, Linodendrum aronifolium y Tetralix cristalensis.

Las herbáceas están representadas, en primer lugar, por Athrostylidium spp., que en determinados lugares se hace impenetrables, además Lagenocarpus cubensis, Pharus lappulaceus, Machaernia cubensis, Koanophyllon spp, Senecio spp., Vernonia spp., Bourreria pauciflora, Lobelia oxyphylla, Siphocampylus subglaber var. glaber, Siphocampylus patens, Hedyosmum subintegrum, Gesneria pachyclada, Scaevola wrightii,

El sinucio de las lianas y las epífitas lo integran: Aristolochia lindeniana var. bissei, Ipomoea merremioides, Passiflora spp., Centrosema sp. y Stelis cristalensis entre otras.

        Matorral xeromorfo pluvial montano (charrasco de altura)

Este matorral (Fig. 15 y ver Mapa de vegetación) se implanta plenamente a partir de los 800 msnm, por la ladera suroeste de Pico Cristal y se extiende por todo el estribo y cumbre de esta, la mayor altura del macizo Nipe-Sagua-Baracoa (1 231 msnm), el sustrato es pedregoso y ácido, destacándose por la gran cantidad de peñascos y grandes fragmentos de rocas, que le imprimen al paisaje características muy particulares. Se desarrollan ejemplares de Pinus cubensis aislados y de porte muy achaparrado, aunque se mantienen gran parte del día humedecidos por la niebla, el drenaje provocado por el carácter pedregoso del suelo y la acción secante del viento, no permiten que alcance el porte arbóreo.

El estrato arbustivo está representado por las siguientes especies: Cyathea parvula (porte muy bajo), Ilex spp., Buxus imbricata, Phyllanthus myrtilloidesk ssp. alainii, Xylosma buxifolia, Rapanea cristalensis, Eosanthe cubensis, Psychotria cristalensis, Rondeletia grandisepala, Allophylus cristalensis, Jacquinia sessiliflora, Miconia sp. Cyrilla sp., Eugenia sp., Clusia minor, Ossaea sp. El estrato herbáceo es pobre y está integrado fundamentalmente por Athrostylidium sp. y Senecio sp. También se observó una pequeña planicie donde se ha implantado una población de Pinguicula benedicta y mayor desarrollo del estrato herbáceo sin arbustos.

Resulta interesante la presencia de un área pequeña, a pocos metros de la cima del pico, donde existe una humedad relativa muy alta y se ha desarrollado un bosque nublado, que posee un estrato arbustivo más alto y abierto, su suelo está tapizado por una alfombra de Sphagnum y numerosas especies de briófitos, así como pteridófitos de la familia Hymenophyllaceae, que han colonizado además los troncos y ramas de los arbusto.

        Vegetación Secundaria

             Bosque seminatural siempreverde mesófilo

En zonas de vaguadas, donde se ha desarrollado un profundo suelo, que presenta gran fertilidad y a la sombra de los vientos, se implantaron bosques siempreverdes mesófilos (Fig. 16), que fueron antropizados al ser talados y dedicados al cultivo del café y otros productos, siendo abandonados posteriormente, lo que ha permitido la gradual recuperación de sus características florísticas y fisionómicas, constituyendo en la actualidad bosques seminaturales, con un estrato arbóreo, de 15-20 m, y emergentes que llegan a alcanzar hasta 25 m. Entre las especies se destacan por su abundancia: Roystonea regia (Palma real), Guarea guidonea (Yamagua), Cupania americana(Guárana), Zanthoxylum martiniscense (Ayúa), Beilchmiedia pendula, Carapa guianensis (Najesí), Clusia rosea (Cupey), Miconia elata, Hibiscus elatus (Majagua), Alchornia latifolia, la invasora Syzygium jambos (Poma rosa o Manzana), Blechnum occidentale y Desmodium sp., entre otras.

Plantación de Pino (Pinus cubensis)

En la zona del Oro se han plantado en zona muy localizadas Pinus cubensis. Existen zonas de pinares que presentan cierto grado de perturbación antrópica, provocado por la tala y los incendios forestales (Fig.17).

Matorral seminatural subespinosos sobre serpentina

Producto de las actividades antrópicas a que ha sido sometida el área, fundamentalmente hacia el este, en algunas zonas, los charrascos originales han sido degradados por diversas causas, entre las que se destacan: la tala por el método de quema, y los incendios forestales accidentales. Con excepción de los lugares donde los incendios se repiten periódicamente, los sitios abandonados muestran una recuperación de su fisionomía y composición florística, constituyendo actualmente matorrales seminaturales (Mapa de vegetación), con mayor o menor grado de naturalidad en los distintas zonas estudiadas, llamados por los habitantes locales Breñales (Fig.18).

 Matorrales sinantrópicos s.l.

Son maniguas integradas fundamentalmente por especies sinantrópicas invasoras que se han desarrollado a partir del abandono de la atención cultural de sitios que fueron utilizados para el pastoreo de ganado en épocas anteriores, fundamentalmente sobre suelos pobres y derivados de la rocas ultrabásica (Mapa de vegetación).

 Sabanas antrópicas

Se presenta en las zonas que han sido utilizadas, como potreros, para el pastoreo de ganado donde se ha implantado una flora generalmente sinantrópica, constituida por plantas herbáceas y arbustos dispersos de la vegetación original (Fig. 18 y Mapa de vegetación).

  1. g) fauna

Hasta el presente se citan para el área 491 especies, pertenecientes a 378 géneros y 173 familias (Anexo 3 y Tabla III). Las especies inventariadas, hasta el momento, pertenecen a 11 taxones fundamentales. Los invertebrados, están representados por 343 especies (69.9 %) y los vertebrados 148 (30.1 %). Como se observa en la tabla III, los grupos más numerosos son: Insecta con 249 especies  (50.7 %) y Aves 78 (15.9 %); seguidos por, Arácnida con 55 (11.2 %), Reptilia 37 (7.5 %) y Mollusca 30 (6.1 %).

MOLLUSCA

Se inventariaron un total de 30 especies, que representan el 2.3 % del total registrados para Cuba; las mismas se agrupan en 16 familias y 24 géneros (Tabla IV). Las familias donde se registró la mayor riqueza de especies fueron: Helicinidae con 7 (23.3 %) y Subulinida 4 (13.3 %). Del total de gasterópodos citados para el área, 27 (90.0 %) son terrestres y 3 (10.0 %) fluviales: Pachychilus violaceus (Fig. 19 a), Terebia granifera (Fig. 19 b) y Physa cubensis.

Las especies terrestres, se encontraron fundamentalmente ocupando tres formaciones vegetales típicas del área; 29 localizadas en el bosque seminatural siempreverde mesófilo, 21 en las pluvisilvas esclerófilas y 5 en el charrascal. Las especies con mayor amplitud de hábitat son: Emoda submarginata, Coryda alauda y Caracolus sagemom (Fig. 19 c); las mismas fueron observadas con bastante frecuencia; las dos primeras habitan preferentemente sobre los árboles y la última sobre el suelo, en lugares que conserva abundante humedad.

Un total de siete especies, se localizaron exclusivamente en las pluvisilvas esclerófilas: Helicina neeviana, Lucidella granullum, Alcadia minima, Alcadia neeviana, Chondropoma dilatatum, Zachrysia sp y Veronicella sp. Existen otras siete especies, que sólo se colectaron en el bosque siempreverde: Crocidopoma sp, Hawaiia minuscula, Succinea sp, Obeliscus sp, Subulina octona, Opeas pumillum y Pleacina straminea. Otras nueve especies se encontraron habitando el bosque siempreverde y las pluvisilvas esclerófilas: Ceratodiscus minimus, Veronicella cubensis, Cysticopsis sp, Hojeda boothiana, Hojeda mayarina, Guppya gundlachi, Obeliscus lata, Oleacina straminea (Fig.19 d) y Oleacina solidula; estos resultados se corresponden con los obtenidos por Fernández (1998), en la localidad del Palenque.

Se citan tres especies de amplia distribución mundial, que de una forma u otra han sido introducidas en la isla: Hawaia minuscula, Guppya gundlachi y Opeas pumillum.

Entre los moluscos fluviales, Terebia granifera, se encontró en todos los ríos que corren por dentro del área; dicha especie tiene gran importancia médica, por actuar principalmente, como biorregulador de poblaciones de otros moluscos, vectores trasmisores de parásitos al hombre y animales domésticos (Ferrer, 1991). La especie Pachychilus violaceus, endémica de la porción nororiental de Cuba, se localizó solamente en el río Cabocuadras (Sagua de Tánamo).

ARÁCNIDA

Los arácnidos, se agruparon en 28 familias, 51 géneros y 55 especies (Tabla IV). La familia mejor representada en el área fue Araneidae con 9 especies. Se citan dentro de este grupo 10 especies endémicas: Micratema cubana, Tricopelma cubana, Ctenus vernalis, Ischnotele longicauda, Dinopis lamia, Oonops cubanus, Bryantina cubana, Hentzia antillana, Miagrammopes cubanus, Rhopalurus junceus y Centruroides arctimanus, este último, distribuido desde el centro hasta el oriente de Cuba. Se sugiere seguir profundizándose en el estudio de este taxon.

INSECTA  

Como es de esperar, es el grupo de mayor heterogeneidad, pues hasta este momento se cuenta con 68 familias, 198 géneros y 249 especies (Tabla III). Los órdenes de mayor riqueza específica fueron: Lepidoptera (71), Coleoptera (53), Himenoptera (39) y Hemiptera (33). Las familias más numerosas en especies fueron: Cerambycidae (27), Hesperidae (22), Formicidae (18), Libellulidae (12), Nymphalidae (12), Pieridae (11) y Vespidae (11) (Tabla IV). Lógicamente estos valores de riqueza pueden incrementarse, si se realizan muestreos en las diferentes estaciones del año y con trampas especializadas.

Los lepidópteros (mariposas: Rhropaloceras) (Fig 20 1 y 2) representan un grupo importante, dentro de esta clase, por su elevada riqueza, 70 especies, el 35.6 % del total de especies registradas para la isla. Por la variedad de formas y colores que exhiben sus representantes, constituyen un recurso atractivo dentro del Parque Nacional, el cual puede explotarse, en el ecoturismo, durante los recorridos por los senderos. Existen especies, que se consideran raras por la baja frecuencia en que fueron observadas: Danaus plexippus, Danaus gilippus, Aphrissa statira, Phoebis philea, Asbolis capucinus, Battus polydamas, Astraptes habana, Astraptes xagua, Cabares potrillo, Colpodes ethlius, Ephyriades brunnea, Erynnis zarucco, Gesta gesta, Hylephila phylaeus, Nyctelius nyctelius, Wallegrenia otho y Utetheisa ornatrix.

Entre las especies detectadas con mayor frecuencia se encuentran: Anartia jatrophae, Calisto herophile, Junonia evarete, Siproeta stelenes, Agrauli vanillae, Dryas iulia, Ascia monuste, Eurema nicippe, Eurema daira, Phoebis sennae, Pyrgus oileus, Urbanus proteus, y Urbanus dorante; las mismas tienen preferencias por zonas abiertas, sabanosas y los bordes de la vegetación existentes, próxima a los caminos. La especie Parides gundlachianus, también se observó con bastante frecuencia en toda el área, al parecer es abundante. Dada la importancia que tiene la misma, por ser una especie endémica de restringida distribución en Cuba, sus poblaciones merecen estudiarse, desde el punto de vista ecológico, en etapas futuras.

En un recorrido realizado, desde la base a la cima del Pico Cristal, llamó la atención la abundancia de la población del satírido Calisto israeli, pues en un conteo realizado se cuantificaron 356 individuos durante una hora; es bueno aclarar, que dicho censo se efectuó de forma rápida y no constituyó la actividad fundamental dentro del recorrido; no obstante se expresa el resultado para dar una idea general de la abundancia de la especie.

El lepidóptero (Heterocera) Ctenuchidia virgo, fue observado exclusivamente en las áreas de Jobal y La China, siempre próximo a los charrascales. Al parecer, puede considerarse una especie poco común en el área. Dentro de este grupo de mariposas, se citan también, dos especies que no fueron observadas por los autores, pero existen en el área, constituyendo plagas fuertes de los pinares, Perdomos (com pers).     

CHILOPODA y DIPLOPODA

Ambos grupos, han sido poco estudiados en Cuba desde el punto de vista taxonómico. A pesar de las limitaciones existentes, algunas especies se pudieron identificar hasta el nivel genérico. En total se registraron dos quilópodos y tres diplópodos; del segundo grupo se destaca la presencia del Mancaperro (Rhinocricus sp) (Fig. 21), distribuido por toda el área, asociado fundamentalmente a los bosque siempreverde y a las pluvisilvas esclerófilas.

CRUSTACEA

Se mencionan en la lista, solamente 4 especies (Anexo 3, Tabla III); Xiphocaris elongata, colectada en los ríos Cabocuadras y Levisa; el Cangrejo de las montañas (Pseudothelphusa epilobocera) (Fig. 22) bien distribuido por toda el área, sobre todo, próximo a los ríos y partes elevadas en los bosques siempreverde y plusilvas y Macrobrachiun carcinus, en río Grande y Troglocubanus gibarensis  en el Jobal (Sagua de Tánamo), (Gómez et al., 1990) y en un arroyo próximo al campamento de la forestal, en La China, municipio Segundo Frente.

 PECES

En este taxon, se registraron 8 especies, distribuidas en 7 géneros y 4 familias (Tabla III). Las especies más comunes son: Gambusia punctata, G. Punticulata y Giraldinus metalicus;  guajacones de marcada importancia por actuar como biorreguladores de las poblaciones de mosquitos (Koldencova y García, 1987). La especie, Poecilia reticulata, fue colectada en una sola ocasión, en el río Grande, que atraviesa el área de La Güira. Resalta en este grupo la presencia de la Biajaca o Joturo (Cichlasoma ramsdeni), endémica de la región oriental de Cuba. En los ríos Levisa y Miguel, también están presentes: el Mapo (Dormitator maculatus), la Guabina (Gobiomorus dormitator) y el Dajao (Agonostomus monticola), Perdomo (com. pers.).

AMPHIBIA

De las cuatro familias representadas en Cuba, sólo tres, se registran para el área (Buffonidae, Hylidae y Leptodactylidae) (Tabla IV). Como integrante de la primera familia, se destacan: el Sapo de taladas (Fufo taladai) y el Sapo común (Bufo peltocephalus), esta última citada por Abreu et al., (1989) y en la segunda, a la Rana platanera (Osteopilus septentrionalis).

La familia Leptodatylidae se encuentra integrada por 11 especies de ranitas, de las 47 citadas para Cuba (19.1 %); de ellas, 3 se distribuyen en toda la isla: Eleutherodactylus atkinsi, E. Auriculatus, y E. limbatus; la última de ellas, considerada una de las joyas de la fauna cubana por su pequeño tamaño, pues hasta hace poco tiempo, se consideró la ranita más pequeña del mundo; una especie se distribuye desde Cuba central hasta Cuba oriental (Eleutherodactylus dimidiatus) y cuatro son exclusivas de la región oriental de la isla: Eleutherodactylus cuneatus, E. Ionthus, E. acmonis E. breslerae y E. sierramaestrae; una especie se encuentra en vías de  identificación.

REPTILIA

Fueron inventariadas 35 especies, pertenecientes a 10 familias y 16 géneros (Anexo 3,  Tabla III). La familia más numerosa fue Iguanidae con 22 especies (Tabla IV), el 59.7 % del total de reptiles descritos para el archipiélago cubano y el género más numeroso Anolis, con 19 (86.4 %). Se destaca la existencia de 25 endémicos, de los cuales 13 (65.0 %) se distribuyen en todo el territorio nacional, 9 (45.0 %) exclusivamente en Cuba oriental y 3 (15.0 %) desde Cuba Central al Oriente del país.

AVES 

Las aves están representadas por 78 especies (22.0 % de las citadas para Cuba), distribuidas en 14 órdenes 29 familias y 61 géneros. El orden Paseriformes, es el más numeroso en número de familias (11) y especies (32) (Tabla IV).

En el caso específico de este grupo, se presentan 54 (68.0 %) especies residentes permanentes en Cuba, 14 (19.0.7%) residentes invernales, 6 (8.0 %) residentes bimodales y 4 (5.0 %) residentes de verano (Fig. 23). Un total de 60 especies (76.9 %), nidifican en Cuba; resultados a tener en cuenta en las acciones de manejo, pues indica la posibilidad, de que un número considerable de ellas cumplan esta importante función en el área.

Las especies inventariadas fueron agrupadas atendiendo a los distintos grupos tróficos o gremios (Tabla V); para ello, se siguieron los criterios de Acosta et al. (1984); es bueno aclarar, que en algunos casos se realizaron pequeños ajustes, con el objetivo, que la información fuera lo más clara posible para el personal del área protegida. Del total de especies, 36 son insectívoras, 12 granívoras, 9 carnívoras aéreas, 6 carnívoras acuáticas, 5 insectívoras-frugívoras, 3 granívoras-insectívoras, 2 fundamentalmente nectarívoras, 2 se alimentan de frutos y granos, 1 frugívora, 1 omnívora y 1 necrófaga (Fig. 24).

MAMMALIA

Los mamíferos están representados por 8 especies, pertenecientes a 7 géneros y 7 familias (Anexo 3; Tabla III). Dentro de los caprómidos, se destacan la Jutía Conga (Capromys pilorides), la Jutía Andaraz (Capromys melanurus) y la Mona o carabalì (Capromys prehensilis), (Abreu et al. 1989).

Especial interés merece la presencia, en el área, del Almiquí (Solenodon cubanus), insectívoro de la familia Solenontidae, que en tiempos pasados vivió en toda Cuba (Varona, 1974) y que en la actualidad vive exclusivamente en el Oriente de la isla. Según Abreu et al. (1972), hasta el año 1988, en la zona se habían capturado sólo cuatro individuos; por otra parte, estudios realizados específicamente en zona de la Zoilita, arrojaron un estimado poblacional, de 12 a 15 individuos en 68 km2, (Abreu y Manójina, en prensa). También se han observado individuos y huellas que indican su presencia como, depósitos de excretas y marcas que realizan para la búsqueda de alimento (insectos preferiblemente), en el Palenque, en Vega Fresca y en el Oro, Perdomo (com. pers).

 

En el área, se han instaurado poblaciones de especies nocivas para la fauna silvestre como: la Rata (Rattus rattus), el Perro Jíbaro (Canis familiaris), el Gato jíbaro (Felix catus) y el Puerco Jíbaro (Sus scroffa).

Según Varona (op. cit.), en el año 1930 se introdujo en el área dos especies de la familia Dasyroproctidae (Dasyprocta mexicana y Dasyprocta punctata) y dos de la familia Tayassuidae (Tayassus albirostris  y Tayassus tajacu), las mismas en la actualidad no están presentes, pues no existe registro alguno de su presencia en la zona, Perdomo (com. pers). 

h) endémicos

Se registran 128 especies y subespecies endémicas, equivalente a un 26.1 % (Tabla VI). Del total de endémicos, 74 son endémicos pancubanos (57.8 %); 23 ( 17.9 %) de Cuba Oriental; 17 (13.3 %), Cuba Central – Cuba Oriental; 4 (2.9 %) son endémicos regionales. Alcadia neebiana, Emoda caledoniensis, Hojeda mayarina y Zacrhysia lamellicostata; 4 (2.9 %) se distribuyen en algunas localidades de las provincias de Holguín y Guantánamo: Chondropoma dilatatum, Helicina reeveana, Anolis rubribarbus y Eleutherodactylus acmonis; 3 (1.6 %) viven solamente en la Sierra Cristal: Oxidrepanus cristalensis, Elaphidium albosignatum y Lethes israeli; 2 (1.9 %) se localizan exclusivamente en el extremo oriental y occidental: Parides gundlachianus (Alayo y Hernández, 1987) y Myadestes elisabeth (Garrido y Kinckornell, 2000), y 1 (1.0 %) de Cuba Nororiental (Pachychilus violaceus).

Uso actual del suelo

De forma general, los suelos presentes dentro del parque sólo son aptos para bosques naturales y forestales. En algunos casos, pudiera alcanzarse rendimientos medios en cultivos varios y pastos, siempre con la aplicación de medidas de mejoramiento y control de la erosión. Estas excepciones son contempladas para diseñar el programa de autoconsumo del parque.

Actualmente el suelo además de cumplir la función ecológica de sustrato para el hábitat y desplazamiento de las distintas especies que componen la microbiota, la fauna y la flora del lugar, es utilizado por los habitantes de los asentamientos ubicados dentro del parque y próximos a él, que cultivan algunas tierras en las zonas limítrofes y bordes para su autoconsumo.

Entre las infraestructuras, se destacan: una microestación biológica construida con medios propios, ubicada en Baconal(la que se encuentra en fase de reparación general), la Estación Biológica de La Zoilita, ubicada en la zona de amortiguamiento, y en uno de los accesos principales, por el noroeste, del área. También existe microestación biológica construida en La Güira, se trabaja en la terminación de un  pequeño local en la zona del Majá. Se prevé construir  la Estación Biológica de II frente; así como garantizar las reparaciones y mantenimientos de las existentes.

Con estas infraestructuras se podrá garantizar un adecuado manejo y atención al Parque Nacional, las que están distribuidas de forma tal que abarcan toda  el área (Mapa Geográfico General).

Tenencia de la tierra

El  área del Parque es propiedad de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna del Ministerio de la Agricultura, administradas por el establecimiento de Mayarí, provincia de Holguín; con excepción de dos fincas de pequeños propietarios en el asentamiento de La Zanja.

Influencias  negativas (factores deteriorantes)

  • Presencia de tala y caza furtiva por parte los pobladores cercanos.
  • Existe un área del Parque, que está considerada como reserva minera, ubicada en el extremo norte, limitando con el Río Levisa.
  • Ocurrencia de incendios
  • Presencia de fauna nociva
  • Áreas antropisadas indiscriminadamente por el hombre donde se encuentra un alto nivel de  erosión en  suelos y caminos abandonados.
  • Falta de señalización en algunas áreas.

 

Perspectiva socioeconómico previstas para el sitio

Actualmente el suelo además de cumplir la función ecológica de sustrato para el hábitat y desplazamiento de las distintas especies que componen la microbiota, la fauna y la flora del lugar, es utilizado por los habitantes de los asentamientos ubicados dentro del parque y próximos a él, que cultivan algunas tierras en las zonas limítrofes y bordes para su autoconsumo.

Entre las infraestructuras, se destacan: una microestación biológica construida con medios propios, ubicada en Baconal(la que se encuentra en fase de reparación general), la Estación Biológica de La Zoilita, ubicada en la zona de amortiguamiento, y en uno de los accesos principales, por el noroeste, del área. También existe microestación biológica construida en La Güira, se trabaja en la terminación de un  pequeño local en la zona del Majá. Se prevé construir  la Estación Biológica de II frente; así como garantizar las reparaciones y mantenimientos de las existentes.

Con estas infraestructuras se podrá garantizar un adecuado manejo y atención al Parque Nacional, las que están distribuidas de forma tal que abarcan toda  el área (Mapa Geográfico General).

Históricamente, la población de las comunidades existentes han utilizado los recursos no madereros (yagua y guano) y madereros para satisfacer sus necesidades de construcción de viviendas y combustible. Han desarrollado actividades agropecuarias de subsistencia, jugando un papel fundamental los cultivos menores como: la yuca, maíz, malanga, frijoles y café, por otra parte la ganadería vacuna, porcina y ovina. Esto se manifiesta en las zonas de La Güira, Majá, Baconal y Jobal (Mapa de vegetación).

Hechos relevantes vinculados al sitio

Histórico cultural :

El área ha sido declarada como el Primer Parque Nacional de Cuba, desde el 24 de abril de 1930, por medio del Decreto Presidencial 487, del gobierno de Gerardo Machado, categoría que ha  mantenido hasta la actualidad.

 

También posee valores históricos de trascendencia, en la historia local y  de nuestro país ya que desde la época colonial los bosques vírgenes e intrincados dieron refugio a los negros cimarrones, que establecieron allí sus Palenques, llegando a perdurar tanto como el famoso Maluala, ubicados en La Zanja, El Cabonico, etc; hoy estos sitios están perdidos en la espesura del bosque, quedando huellas de una sufrida raza que halló en estos parajes el retiro pacífico que solo fue interrumpido por los asaltos de los sanguinarios rancheadores que llegaron a destruirlos.

En el área, se localiza el punto culminante de la provincia Holguín (Pico Cristal, con 1 231 m.s.n.m.). Además, la Sierra Cristal fue escenario de lucha del ejército rebelde, incursionada por la columna 19 “Pepito Tey” del II Frente Oriental, Frank País, comandada por el hoy General de Ejército y Ministro de las FAR, Raúl Castro Ruz, la cual contribuyó a la liberación definitiva alcanzada el 1ro de Enero de 1959.

 

Existen sitios, de interés histórico, que constituyen puntos importantes para la  educación de las nuevas generaciones y el fortalecimiento del patriotismo y la identidad cultural de la población en general como son:

Tarja de la Batalla de La Vigía, escenario de combate del General Pancho( Francisco González)

Tarja de la Batalla de La Zanja

Obelisco Emma Rosa Chuy

Obelisco Calixto García

 

Medidas de Protección propuesta:

  1. Conservar la diversidad y estabilidad ecológica y los factores que influyen en la regulación del medio ambiente.
  2. Preservar en su estado natural ejemplos representativos de formaciones vegetales como los charrascales, pluvisilvas esclerófilas y otras, cuencas superiores de ríos como el Cabonico, Levisa, Miguel y Arroyo Grande y de las montañas formadas por mantos serpentiníticos.
  3. Promover el respeto por los atributos ecológicos, geomorfológicos, culturales y estéticos del parque, conjugado con la educación ambiental de los habitantes y demás actores sociales.
  4. Proteger, manejar y fomentar los recursos naturales y escénicos con fines espirituales, científicos, educativos, recreativos y turísticos, para garantizar la preservación de dichos valores a un nivel que permita mantener el área en estado natural o seminatural.

 

Propuesta de uso y manejo:

Área para la conservación de la flora y la fauna.

 

  1. Se recomienda que se desarrollen algunas áreas para el autoconsumo en las localidades de, La Güira, El Majá, Cabocuadra , Jobal, la Zoilita y Baconal
  2. Satisfacer las necesidades de las poblaciones autóctonas a través de la aplicación de técnicas de agricultura sostenible y la incorporación de los habitantes como trabajadores de este sin afectar los objetivos de manejo.
  3. Proporcionar oportunidades para la recreación y el turismo.
  4. Proteger y mostrar a visitantes y estudiantes los valores culturales, históricos y arqueológicos para fines de investigación, educación y recreación, como elementos de la herencia cultural de la nación.

 

Observaciones generales:

Son muchas las razones que avalan la categoría de Parque Nacional al área protegida “Pico cristal”, desde el punto de vista natural. Cuenta con valores que requieren de una correcta utilización y manejo, entre los que se puede mencionar el alto endemismo de la flora y la fauna. Desde el punto de vista florístico el área está incluida en el distrito Cristalense (sensu Borhidi, 1992), el que constituye un centro importante de especiación de la flora serpentinícola de Cuba, donde existen más 300 endémicos nacionales, de los cuales 50 son estrictos. De los endémicos de la Sierra del Cristal hay que mencionar: Senecio ekmanii, Eosanthes cubensis (Género endémico monotípico), Antirrhea ophiticola (Charrascales), Rondeletia cristalensis, Eugenia

cristalensis, E. brunescens, Freziera conocarpa, Ilex cristalensis, Buxus imbricata, Mettenia cordiforme, Leucocroton obovatus, Moacroton cristalensis, Phyllanthus cristalensis (Samek, 1973), aunque la composición florística de este distrito es pobre y monótona cuando se compara con la flora de las cercanas montañas de Moa y Nipe; este fenómeno es indicado por las grietas en la distribución de numerosas especies mencionadas en dichos distritos (Borhidi, 1991). Esta diferencia está acondicionada entre otras causas, por lo poco explorada que desde el punto de vista botánico están la mayoría de las áreas de este distrito (Borhidi y Muñiz, 1986 -cit. Borhidi, 1991) y citan otras especies endémicas estrictas tales como: Lagenocarpus cubensis, Buxus olivacea, Erythina leptopoda, Croton pachyrachis, Ilex cristalensis, Ilex eoa, Ilex pausinervis, Ilex subavenia, Chaetocarpus cordifolius, Pachyanthus monocephalus, Jacquinia sessiliflora, Sappho rigidifolia, Acrosynanthus ovatus, Gesneria pachyclada, Dendropanax nervosus, Ossaea cristalensis.

Borhidi (1991), registra y son confirmadas por los autores para el distrito las siguientes formaciones vegetales: un mosaico de bosques montanos hasta los 600 m de altitud; Bosques de pino con Pinus cubensis entre 600 y 1 100 m; matorrales xeromorfos subespinosos sobre serpentinas (charrascales) entre 1 100 y 1 230 m y en el sureste de Pico Cristal existe una peculiar vegetación integrada por matorrales montanos.

En la fauna se registran 128 especies y subespecies endémicas Dentro de los endémicos regionales se destacan Alcadia neebiana, Emoda caledoniensis y Hojeda mayarina; se localizan exclusivamente en el extremo oriental y occidental: Parides gundlachianus y Myadestes elisabeth; y de Cuba Nororiental (Pachychilus violaceus). También habitan Oxidrepanus cristalensis, Elaphidium albosignatum y Lethes israeli .

Un total de 8 especies se encuentran categorizadas como Vulnerables: la Salamanquita (Sphaerodactylus celicara), el Chipojo ceniciento (Chamaeleolis porcus), el Majá de Santa María (Epicrater angulifer), y el Gavilán Colilargo (Accipiter gundlachi), el Camao (Geotrygon caniceps), la Cotorra (Amazona leucocephala), el Catey (Aratinga euops) y la Jutía

 andarás (Capromys melanurus); dos se encuentran en peligro: el Gavilancito (Accipiter striatusuna) y el Pitirre real (Tyrannus cubensis); gran interés merece la presencia, en el área, el Almiquí (Solenodon cubanus), insectívoro de la familia Solenontidae que se encuentra en Peligro Crítico.

 

Otro valor importante y que requiere de gran cuidado y protección son los ríos, entre los que se encuentran el Levisa, el Cabonico, el Grande, Arroyón y el Miguel. 

                                       

EQUIPO DE REALIZACIÓN

Ejecutores e investigadores.

  • Ing: Guimará Salas Eliécer, Especialista en explotación forestal, Flora y Fauna Mayarí.
  • Ing: Hernández Sariol Roberto, Jefe del departamento de la subdirección técnica, Flora y Fauna Mayarí.
  • Lic: Peniché Cruz Williams, Biólogo, Flora y Fauna Mayarí.

Asesoría Técnica Metodológica

  • Lic: Leyva Suárez Liubis, Directora del Museo Municipal.
  • Lic: Parra Guehtón Beatriz, Técnica de Monumentos, Museo Municipal.
  • Lic: Toppe Montero Antonio, Especialista de la Oficina de Monumentos del CPPC.