Diplotaxis harra subsp. lagascana - WEB_BIOCON

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Diplotaxis harra (Forssk.) Boiss. subsp. lagascana (DC.) O. Bolòs & Vigo
 
Jaramago (Fam. Crucíferas)
 
Breve Descripción
Planta anual o bienal, más raramente alarga su ciclo de vida algún año más, de 23–60(80) cm. Los tallos se lignifican en la base, erectos y con pilosidad muy variable. Las hojas inferiores son de 3,2–7 x 0,3–3 cm, de formas variables, dentadas y divididas en segmentos más o menos profundos, algo carnosas, de color verde, a veces con tonalidades azul-grisácea. Las hojas superiores lineares, enteras, todas con el mismo tipo de pelo que tenga el tallo. Las flores se disponen en racimos, son de simetría radial, hermafroditas y con 4 sus piezas dispuestas en cruz (haciendo honor al nombre de la familia Crucíferas). Los 4 pétalos son amarillos, de 9–12 mm. Los estambres son 6. El fruto procede de dos ovarios que forma una cápsula alargada, dividida por un tabique central, llamada “silicua”, de 28–36 x 2–2,5(3) mm, que cuelgan, muy llamativamente, de rabitos de 10–13(15) mm. Los frutos se abren por dos fisuras en torno a un tabique central, dejando salir semillas de ovoides a elipsoidales de c. 0,8-1,2 × 0,5-0,6 mm1,2,3.
 
La floración va de diciembre a mayo, pudiendo alargarse hasta julio2.
Distribución
Se trata de una subespecie endémica del Sureste Ibérico. Se distribuye la zona de clima más semiárido, en el arco que va desde cotas bajas de la alpujarra granadina2 a Denia (Alicante)4, penetrando hacia el interior hasta las zonas basales de las sierras de Albacete1.
Distribución del endemismo del Sureste Ibérico Diplotaxis harra subsp. lagascana1.
 
Ecología
Forma parte de la vegetación subnitrófila de taludes y claros de matorrales semiáridos, sobre sustratos calizos, margosos o yesíferos; entre el nivel del mar y los 600 m.s.n.m., en el piso termomediterráneo2.
 
Frente a la escasa disponibilidad hídrica -y la irregularidad de su disponibilidad- propia del área geográfica donde habita, opone une una estrategia flexible que parte de la plasticidad de su ciclo de vida. Por un lado, en años muy secos, puede ser una planta anual que complete su ciclo vital evitando la estación más seca; por otra parte, en años más lluviosos tiene un comportamiento bianual donde, primeramente, prima el almacenamiento agua y nutrientes en unas hojas carnosas (crasas) sobre la reproducción, para en la siguiente campaña, cambiar las tornas aprovechando el agua y recursos almacenados. El carácter suculento de sus hojas, puede tener además de una función de economía hídrica5, otra función poder absorber y almacenar iones del suelo gípsico (p. ej. Ca2+) a niveles que no sean nocivos para la planta6. Además, las Crucíferas son conocidas por su capacidad de elaborar metabolitos secundarios basados en azufre (p. ej. el sabor amargo de la mostaza es efecto de una de estas substancias). Esta capacidad de asimilar cantidades de azufre, que para otras especies serían nocivas, es un carácter que le confiere ventaja (predaptación) en terrenos yesíferos, donde el azufre es tan abundante.
 
Aunque no hay información disponible sobre la capacidad de este jaramago relativa a la formación de simbiosis, otros representantes del género forman simbiosis con determinados hongos, cinstituyendo micorrizas arbusculares7. Este tipo de simbiosis permite una mayor absorción de nutrientes edáficos, especialmente el fósforo que -al menos en formas fitodisponibles- es escaso en los suelos gípsicos.
 
Conservación
Taxón relativamente abundante que no figura en ningún libro rojo, ni en ninguna legislación de protección8. En ese mismo sentido, en Andalucía Oriental está considerada, a nivel subespecífico, como de preocupación menor (LC)2.

Otros datos de Interés
La especie Diplotaxis harra (Forssk.) Boiss incluye tres subespecies; la subsp. lagascana (DC.) O. Bolòs & Vigo, endemismo del Sureste Ibérico; la subsp. crassifolia (Raf.) Maire presente en Sicilia y el Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez) y la subespecie nominal, que se distribuye por el norte de África, Oriente Medio -llegando a Afganistán y Pakistán- y la Península Arábiga y, cruzando el estrecho de Bab el-Mandeb, alcanza el Cuerno de África en Yibuti y Somalia.

Referencias
1.    Castroviejo S. (coord.). 1986–2019. Flora iberica, 1–18 y 20–21. Real Jardín Botánico de Madrid. C.S.I.C. Madrid, España.
2.    Blanca G., Cabezudo B., Cueto M., Morales Torres C. & Salazar C. (eds.). 2011. Flora Vascular de Andalucía Oriental, 2ª ed. Universidades de Almería, Granada, Jaén y Málaga, Granada. España.
3.    Font Quer P. 1953 (ed. 2000). Diccionario de botánica. Ed. Península. Barcelona. Disponible en: http://jolube.wordpress.com/2010/05/12/diccionario-botanica-font-quer-en-pdf/
4.    Serra L. 2007. Estudio crítico de la flora vascular de la provincia de Alicante. (Monografías del Real Jardín Botánico Ruizia, CSIC. Madrid, España.
5.    Burgess T. L. & Shmida A. 1988. Succulent growth-forms in arid environments. In: Whitehead E. E., Hutchinson, C. F., Timmermann, B. N., Verity R. G. (eds.), Arid Lands Today and Tomorrow, Proceedings of an international research and developments conference. Westview Press, Boulder, Colorado. E.E. U.U., pp. 383-395.
6.    Merlo M. E., Rodríguez–Tamayo M. L., Jiménez M. L. & Mota J. F. 2001. Recapitulación sobre el comportamiento biogeográfico de algunos gipsófitos y halófitos ibéricos. Monogr. Flora y Veg. Béticas 12: 77–95.
7.    Wang B. & Qiu Y.-L. 2006. Phylogenetic distribution and evolution of mycorrhizas in land plants. Mycorrhiza 16: 299–363.
8.    PHYTEIA. 2008-2019. Sistema de Información de la Flora Protegida y Amenazada de España. Accedido de www.phyteia.es el 16/09/2020.
 
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